Por: Carola Pozo Cortez
A partir del siglo XV la mayor parte de los países de Europa occidental se lanzaron a conocer, a conquistar y a colonizar territorios de ultramar.
Portugal el país pionero en esta empresa, envió sus naves a recorrer las costas africanas primero y las de Asia y América después.
Si bien en las Américas la ocupación efectiva del territorio por parte de los europeos se produjo inmediatamente después de la llegada de estos, esa no fue la norma en los territorios de África y Asia.
La búsqueda de oro y plata fue el móvil que condujo a los europeos a esas tierras lejanas y cuando los encontraban se convertían en el elemento central y excluyente. En otros casos en cambio se dedicaban a las especias y a las telas lujosas que podían vender en Europa.
El comercio de ultramar se organizó fundamentalmente a través de compañías comerciales formadas para tal fin; estas compañías obtenían privilegios de los Estados y poseían un estatuto escrito en el que se detallaban sus objetivos generales, sus componentes y sus derechos y obligaciones.
Algunos ejemplos:
En Portugal el rey tenia el monopolio del comercio de las especias pero los particulares podían intervenir en el comercio ultramarino si se dedicaban a otros artículos.
La Compañía Holandesa de las Indias Orientales (creada en 1602) no solo tenía el monopolio absoluto sobre el comercio holandés sino que además podía declarar la guerra a los soberanos indígenas y firmar acuerdos de paz, construir fuertes y organizar administraciones locales.
Los Ingleses, por su parte, solo mostraban interés por el comercio y en consecuencia reconocían la soberanía de los gobernantes locales, a los que les permitían conservar el dominio político a cambio de amplias ventajas comerciales obtenidas por medio de negociaciones.
Ninguna de las compañías inglesas tenían un monopolio riguroso, de modo que otros mercaderes británicos podían actuar cerca y en forma independiente.
Ninguna de las compañías inglesas tenían un monopolio riguroso, de modo que otros mercaderes británicos podían actuar cerca y en forma independiente.
Se formo la empresa 'Chilena and Peruvian Company', con su casa matriz en Londres (Capriles 1977:83) para explotar plata y estaño en el Cerro Rico de Potosí.
También, en ese año, se conformó una compañía en Londres: 'Potosí, La Paz and Peruvian Mining Association', con un capital de un millón de libras esterlinas (unos cinco millones de bolivianos). Su presidente fue Juan García del Río; y su vicepresidente, el general James Paroissien. Ambos, con el rango de ministros plenipotenciarios del Perú, en las cortes euro-peas. Como directores figuraban: W.A. Ingilby, William Russell, Charles Tennyson, John Walpole, Francis Desanges, William Holmes, Lyndon Evelyn, C.A. Thiselton, J.B. Lousada, J.D. Carvalho, James Hunter y Emanuel Lousada. Eran sus agentes, en Sudamérica: en Potosí: Joaquín de la Quintana; en La Paz: N. Mariaca; en Lima: Francisco Álvarez Calderón; en Trujillo: Modesto de la Vega; en Tucumán: José Ignacio Garmendia y en Buenos Aires: Félix Castro.224
El principal objetivo de esta asociación era emplear el dinero en yacimientos de oro, plata, platino, mercurio, cobre y otros minerales en las regiones de Potosí y La Paz.
Otra empresa extranjera fue The Royal Silver Mines of Potosí Bolivia', que era una compañía organizada en Londres, con los intereses del Real Socavón de Potosí.
FRIGORÍFICOS, PUERTOS Y FERROCARRIL.- Hacia fines del siglo XIX en los principales centros urbanos de Buenos Aires y la zona litoral se instalaron nuevas industrias que procesaban las materias primas destinadas a la exportación. Los primeros frigoríficos fueron de capital británico, iniciándose de esta manera la exportación a Inglaterra de corderos congelados. En 1883, se estableció en Campana el segundo establecimiento frigorífico perteneciente a la firma The River Plate Fresh Meat, que en 1884, comenzó a elaborar carne vacuna congelada. En 1886, la firma James Nelson and Sons instaló en Zarate el frigorífico Las Palmas.
CONTROL INGLES SOBRE LOS FERROCARRILES EN LA ARGENTINA.-
A principio de siglo, el desarrollo ferroviario impulsó el crecimiento agropecuario y sus exportaciones a Europa.
En 1947 de los 42.700 kilómetros de vías existentes, 29 mil habían sido construidos por capital privado y extranjero. Capitales británicos financiaban el crecimiento de la red ferroviaria, al tiempo que condicionaban el desarrollo de la industria nacional. Las empresas que intermediaban en el negocio eran, generalmente, británicas y pertenecían al mismo grupo de intereses que invertían en la red ferroviaria. |
Si bien este sistema de colonización fue organizado y dirigido por europeos, para estos era esencial contar con la participación de ciertos grupos locales. Los gobernantes del lugar eran los que dirigían y regulaban la producción de los bienes requeridos por los europeos y también los que controlaban las técnicas y establecían las formas de producción.
A partir de 1880 las grandes potencias compitieron entre sí con la intención de establecer el control económico y político sobre diferentes zonas y regiones periféricas del mundo, las que se convirtieron en subordinadas.
Este proceso se conoce como imperialismo y fue la característica de esta época histórica.
Se formaron diferentes imperios coloniales que fueron encabezados fundamentalmente por Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda, Japón y los Estados Unidos.
El Imperio ingles era el mas importante debido a sus posesiones y colonias en todos los continentes: de esta forma, en 1909 el área ocupada por el Imperio Británico constituía un 20% del total de las tierras del mundo y el 23% de la población mundial estaba bajo su dominio.
Fuente: Historia, El mundo contemporáneo, Siglos XVIII,XIX y XX, Liliana M. Pineau
Historria de la Mineria Andina Boliviana (Siglos XVI-XX), Carlos Serrano Bravo
Auge de la economía exportadora y vicisitudes del régimen conservador, Roberto Cortés Conde
Historria de la Mineria Andina Boliviana (Siglos XVI-XX), Carlos Serrano Bravo
Auge de la economía exportadora y vicisitudes del régimen conservador, Roberto Cortés Conde
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