lunes, 21 de julio de 2014

EL TRATADO DE PARIS (1898)


Por: Carola Pozo Cortez





ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La guerra de independencia de 1895 en Cuba (1898) a diferencia de las anteriores se extendió de un extremo a otro de la isla, sus efectos fueron devastadores y los rigores de la misma afectaron a todos los territorios. La base económica que sustentaba el mantenimiento del régimen colonial, quedó desarticulada, la producción del azúcar, el tabaco y otros productos agrícolas fue destruida. La Isla estaba arruinada y endeudada, el costo material y humano resultaba insostenible para la metrópoli española que había agotado hasta el último hombre y la última peseta.
España estaba exhausta, sin recursos ni energías para continuar la guerra que durante tres décadas sostuvo contra los patriotas cubanos. El desenlace a favor de los cubanos era sólo cuestión de tiempo, reconocido incluso por jefes del ejército colonial español. Entró entonces en la guerra hispano-cubana una potencia que marcaría la historia de la isla, Estados Unidos. Llegada su derrota, las fuerzas de Madrid no tenían otro camino que aceptar la capitulación y solicitar la paz.
Por su parte el gobierno de Washington no quería ninguna interferencia en sus planes imperialistas y España se plegaba a sus designios. Desde la primera reunión de la Conferencia de Paz, la delegación estadounidense dió a conocer su posición inflexible respecto a la ocupación de Cuba y la cesión de Puerto Rico. España capituló el 12 de agosto de 1898 y el 10 de diciembre se firmó el Tratado de París.

Firma del Tratado

El Tratado de París fue firmado en la capital francesa el 10 de diciembre de 1898, sin la participación de representantes de Cuba, Filipinas ni Puerto Rico. En el texto se estableció la renuncia de España de su soberanía y propiedad sobre Cuba, pero no se hizo referencia a la independencia de Cuba, lo que dejó demostrada las intenciones de Estados Unidos y provocó la frustración de las aspiraciones de libertad de los patriotas cubanos.
También España cedió Puerto Rico a los norteamericanos, como indemnización por gastos de guerra y les vendió Filipinas por 20 millones de dólares, que serían pagados en los primeros tres meses posteriores al cambio de poderes. 

Las comisiones que representaron a ambos gobiernos durante el convenio estuvieron presididas por William R. Day y Eugenio Montero Ríos, e integradas por otros tres funcionarios más por cada parte. 

El tratado fue ratificado por el Congreso de Estados Unidos el 1 de abril de 1899.
Con el acto de la firma concluía un proceso de negociaciones diplomáticas comenzado mucho antes. En efecto, las hostilidades entre ambos adversarios no se habían suspendido por un simple "alto el fuego" sino cuando el gobierno de Madrid aceptó un conjunto de exigencias norteamericanas que, firmadas el 12 de agosto de 1898, condicionaron las negociaciones del Tratado de Paz definitivo en las cuales, por acuerdo entre españoles y estadounidenses quedó excluida cualquier representación de los patriotas cubanos y filipinos.
Lo más importante del Tratado
  1. España renunciaba a todo derecho de soberanía o propiedad sobre Cuba, la cual al ser evacuada por España seria ocupada por Estados Unidos.
  2. España cedía a los Estados Unidos la isla de Puerto Rico, añadiendo que estaban en ese momento bajo su soberanía en las indias occidentales y la isla Guam en el archipiélago de las Marianas o Ladrones.
  3. España traspasaba a Estados Unidos el archipiélago de las Filipinas.

La Enmienda Platt
El 5 de noviembre de 1900  el gobierno interventor  convocó a los cubanos para elegir una Asamblea Constituyente y redactar la Constitución de la República de Cuba. Mientras esto ocurría, en el Congreso norteamericano se aprobaba la llamada "Enmienda Platt, que modificaba la Ley de Apropiaciones del Ejército norteamericano.

En esa Enmienda, los Estados Unidos se arrogaban el derecho de fiscalizar los empréstitos y tratados que realizara el Gobierno cubano con otros países; de intervenir militarmente en la isla cuando se estimara necesario y de establecer bases navales carboneras en las costas cubanas.


 La Enmienda Platt, posteriormente fue abolida el 29 de mayo de 1934 al suscribirse el nuevo documento titulado “Tratado de Relaciones ente Cuba y los Estados Unidos” aunque, igualmente a la cañona, se convalidaba la permanencia de la base naval de Guantánamo sin limitar la fecha de ocupación. 

Fuentes:


Serafín Pichardo (Chroniqueur): “Isla de Pinos” revista El Fígaro Noviembre 19 de 1905, p. 73


Hortensia Pichardo: Documentos para la Historia de Cuba (Tomo II, 257), La Habana, 1977


Hudson Strode The pageant of CubaRandon House, New York, 1934.

Jorge Oller: “Quimera de unos yanquis”, Periódico Granma 25 de mayo de 1985, pp. 4 y 5






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